Cómo empezar una estrategia de marketing digital en biotecnología sin morir en el intento
Empezar una estrategia de marketing en el sector biotecnológico puede parecer una misión imposible. No por falta de ideas, sino por exceso de complejidad. Hablamos de un sector técnico, altamente regulado, con públicos muy especializados y ciclos de venta largos. Y, para colmo, muchas veces los equipos responsables del marketing son pequeños, o incluso unipersonales, con una larga lista de prioridades compitiendo por su atención.
Pero aquí va una verdad que a veces se olvida: no necesitas una estrategia perfecta desde el primer día. Lo que necesitas es un punto de partida claro, sólido y accionable que te permita construir paso a paso una presencia digital que conecte con las personas adecuadas y genere resultados reales.
Por eso, hoy quiero compartir contigo una visión más humana y realista de cómo puedes comenzar a trabajar tu estrategia de marketing en biotecnología.
Comienza por lo que realmente importa: tu propósito
Antes de hablar de canales, contenido o automatizaciones, tienes que tener claridad sobre una cosa: ¿por qué estás haciendo marketing digital en primer lugar? Y no me refiero a frases genéricas como “aumentar las ventas” o “ganar visibilidad”. Me refiero a entender realmente cuál es el propósito estratégico del marketing en tu empresa.
¿Estás intentando educar al mercado sobre una tecnología aún desconocida? ¿Quieres generar confianza en potenciales inversores? ¿Estás intentando captar leads cualificados para un equipo comercial que ya está funcionando? Cada escenario requiere un enfoque distinto.
Cuando trabajas en biotecnología, el marketing no es solo una herramienta de venta, es una herramienta de legitimidad. Por eso, tu estrategia debe nacer del entendimiento profundo de lo que tu empresa quiere construir, del valor que realmente aporta y de las audiencias que deben confiar en ti para que ese valor se materialice.
Conocer a tu audiencia no es opcional
Uno de los errores más comunes en el sector es asumir que todos nuestros públicos son iguales: científicos, técnicos, racionales. Pero incluso dentro del mundo científico, hay muchos perfiles distintos, con necesidades, motivaciones y niveles de conocimiento diferentes.
¿Te diriges a decisores de compra en hospitales? ¿A responsables de innovación en la industria alimentaria? ¿A inversores que no tienen formación técnica? ¿A investigadores que pueden convertirse en usuarios pioneros de tu tecnología? Todos ellos tienen distintas formas de consumir información y tomar decisiones.
Investigar, entrevistar, escuchar. Esas deberían ser tus primeras herramientas de marketing. No necesitas una encuesta con 200 respuestas para empezar. Con cinco conversaciones cualitativas, bien hechas, puedes tener más insights que con horas frente a un Excel.
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No todos los canales son para ti (y eso está bien)
Muchas empresas creen que deben estar en todos los sitios a la vez: LinkedIn, Twitter, ferias, email marketing, webinars, SEO, publicidad… El resultado suele ser contenido mediocre, mal distribuido y equipos desbordados.
Elegir bien los canales implica entender dónde está tu audiencia, qué tipo de contenido consume y en qué momentos del proceso de decisión. Si tus potenciales clientes usan LinkedIn como fuente principal de información, probablemente no necesitas estar en Instagram. Si tu ciclo de venta es largo, los webinars pueden ayudarte más que la publicidad de pago.
Y si estás empezando, prioriza canales que puedas mantener con regularidad. Mejor una newsletter mensual que funcione y se envíe con consistencia, que tres blogs y dos redes sociales abandonadas.
Crea contenido que no solo informe, sino que conecte
En biotecnología estamos acostumbrados a hablar de datos, eficacia, mecanismos de acción. Pero el contenido que realmente transforma es el que logra traducir toda esa complejidad en un mensaje claro, relevante y humano.
Eso no significa “simplificarlo todo para el gran público”. Significa adaptar el lenguaje, el formato y el enfoque al punto exacto en el que se encuentra tu audiencia. Significa entender sus preocupaciones, sus dudas, sus resistencias. Y ofrecer respuestas que les hagan sentir que están hablando con alguien que comprende su mundo.
No subestimes el poder del storytelling. Contar la historia detrás de tu proyecto, tu equipo, tus avances. Mostrar los retos, los aprendizajes, los resultados. Eso es lo que construye confianza. Y en este sector, la confianza es el verdadero motor de cualquier decisión de compra o colaboración.
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Mide lo que importa (y olvida el resto)
El marketing digital ofrece cientos de métricas, pero no todas son relevantes. En biotecnología, medir el éxito de tu estrategia no debería depender solo del número de likes o visitas a la web.
¿Cuántos leads cualificados estás generando al mes? ¿Cuántas conversaciones reales se abren a partir de tu contenido? ¿Cómo evoluciona la percepción de tu marca entre tus públicos estratégicos? ¿Qué tipo de contenido está generando más engagement entre inversores, por ejemplo?
Empieza midiendo poco, pero bien. Y recuerda: los datos solo tienen sentido si te ayudan a tomar mejores decisiones. Si no lo hacen, es que estás midiendo lo equivocado.
Caso práctico: Bioklaris
Bioklaris es una empresa ficticia, inspirada en un caso real. Un spin-off de una universidad europea, centrada en el desarrollo de soluciones basadas en microbiota para prevenir enfermedades inflamatorias crónicas.
Cuando empezaron, tenían un producto prometedor en fase preclínica, pero ningún reconocimiento de marca ni estrategia digital. Sus objetivos eran claros: atraer la atención de inversores especializados en biotech y validar el interés de potenciales partners clínicos.
¿Su primer paso? Construir una narrativa clara y potente sobre la ciencia detrás de su proyecto, explicada desde el impacto que podría tener en la salud pública. Lo hicieron a través de un video, una landing y una serie de publicaciones en LinkedIn dirigidas a perfiles muy específicos.
En paralelo, empezaron a enviar una newsletter quincenal a un pequeño grupo de contactos estratégicos, compartiendo avances, eventos y aprendizajes.
¿Cual crees que fueron los resultados? … En menos de seis meses, generaron dos oportunidades de colaboración clínica y tres reuniones con fondos interesados.
Como ya he comentado antes, esto no es una empresa real, pero los datos si son reales. Es lo que uno de mis clientes ha conseguido trabajando con una estrategia enfocada. Y eso es lo que marca la diferencia.
¿Y ahora qué?
Si has llegado hasta aquí, probablemente estés buscando una forma más clara, más estructurada y más conectada de enfocar tu marketing en biotech. Y la buena noticia es que no tienes que hacerlo solo/a.
Desde mi experiencia como consultora especializada en marketing para el sector biotecnológico, acompaño a startups, spin-offs y pymes a construir estrategias reales, personalizadas y sostenibles. Puedes ver algunos de los recursos gratuitos que tengo disponibles en mi web, o escribirme si quieres que trabajemos juntos.
Y si aún no lo has visto, te invito a complementar este artículo con el video “Pasos iniciales para crear una estrategia de marketing en biotech”
) , donde desarrollo cada una de estas ideas con ejemplos y consejos prácticos.
Porque el marketing, cuando se hace bien, no es ruido. Es conexión, es visión, es estrategia.
Y en biotech, eso puede marcar la diferencia entre una idea que se queda en el laboratorio… y una solución que transforma la vida de miles de personas.

